Observa alrededor…
Mira las cosas a
sus ojos; déjate mirar por las cosas (tienen ojos).
Escucha la voz de
las cosas; tienen -para contarte- cosas hermosas.
Disfruta sus
aromas…
Suavemente, míralas,
escúchales, acaríciales; ¡deja que te toquen!
¡Déjate comer y
come tú también de las cosas!
¡Déjate mover por
el viento, hasta que el viento deje de soplar!
Y, luego, devuelve
al viento la suave brisa de tu aliento (al despertar).
Recibe al tiempo y
dale una oportunidad…
¡Qué no hay más tiempo,
cual todo el que existe! (ni existe, pues no le hay).
Procura, no
marearte en la orilla; pues ¿qué será de ti en alta mar?
Jesús Moret y Ferrer
(30 de noviembre del 2013)
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