El "Sacrificio de Ifigenia"./ Arriba, parte central del mosaico encontrado en la ciudad romana de Ampurias, Gerona, Cataluña.

El mosaico emporitano del Sacrificio de Ifigenia, fue descubierto en 1848, siendo pieza importante de los restos de una casa romana; ya que constituía el recuadro central del pavimento de una de sus habitaciones. Dicho recuadro mide 60 centímetros de altura por 55 centímetros de ancho./ Abajo a la derecha.

sábado, 1 de agosto de 2020

El Bar, por Noelis Giménez

"Es lúgubre, oscuro, con olor a miedo y humo de cigarrillo, algunos tragos abandonados por los rincones esperan reencuentros y la risa de algunos amigos. El aire acondicionado da comodidad y distrae un poco la atención de la suciedad del piso, las paredes salpicadas con sangre de tan continuas peleas, alternados por otros fluidos de batallas menos complejas, el deterioro comienza a saber a locura y ya nadie puede quedarse mucho tiempo porque casi todos los banquillos están rotos.

Repleto de demonios y putas, a veces entran ángeles que se acercan predicando colores y que luego se van vencidos por el olor a mierda y azufre, más allá de la barra, dentro de la niebla del alquitrán quemado esta ella, imperfecta, con la piel llena de cicatrices y el cabello enredado por las dudas, bailando bajo la luz tenue, de la mano con esperanza, que es una enana atrofiada por los errores.

Cerca de la entrada esta un borracho de amores robados, hablándole con gracia a todo el que pasa, es como un imán para los visitantes que resultan atraídos por su sonora carcajada, su impecable traje y las excitantes historias que más tarde se convierten en rumores dentro del cuarto de baño de damas.

El ruido de las pendejadas a veces no deja escuchar la música, la banda cada vez toca más bajo, pero ella sigue bailando, como si nunca fuese a llegar la madrugada, sobre los cadáveres de los ángeles rendidos, ensuciando sus zapatillas con el vómito de la ira indigestada por la frustración, como sabiendo en el fondo que los músicos no abandonan sus instrumentos porque prefieren seguirla viendo danzar.

El "cover" incluye la primera ronda y unos cigarrillos baratos que ofrece la cajera, no se revisan los bolsos a la salida así que es habitual que desaparezcan los vasos y algunos ceniceros rotos, aunque todos llegan solo por un trago, el administrador siempre tiene el estúpido empeño de invitarte a que te quedes... "Bienvenidos al Bar de mi cabeza"."

Noelis Giménez, grupo "Faro Cultural".

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