El "Sacrificio de Ifigenia"./ Arriba, parte central del mosaico encontrado en la ciudad romana de Ampurias, Gerona, Cataluña.

El mosaico emporitano del Sacrificio de Ifigenia, fue descubierto en 1848, siendo pieza importante de los restos de una casa romana; ya que constituía el recuadro central del pavimento de una de sus habitaciones. Dicho recuadro mide 60 centímetros de altura por 55 centímetros de ancho./ Abajo a la derecha.

viernes, 4 de mayo de 2018

El cuento del cañón

... Todo es igual que en "el cuento del cañón".
Lo contaba mi padre...
Hoy he descubierto que "cuento es cuento" y "chiste es chiste";
"un cuento no es un chiste". ¡vaya broma!
Es la explicación perfecta al mercado paralelo.
He terminado de "armar", ese rompecabezas, llamado "la guerra económica"

EL CUENTO DEL CAÑÓN
(versión de José Moret i Bosch, 1924-1991)

En 1924,... eran tiempos del general Juan Vicente Gómez,
había un hombre que se la pasaba todo el día en un chinchorro...

Un día, su mujer le dijo:
- ya estoy harta de tenerte todo el día, acá en casa,
tumbado en ese chichorro, "sin hacer nada".
¡En casa hace falta dinero!
... por qué no vas donde tu compadre, el general.
Él puede conseguirte un trabajito...

... el hombre, fue a hablar con Gómez.

...
- Mi general, ¡necesito trabajar!
Después de tanto tiempo "meditando en el chinchorro",
entiendo que debo hacer algo "productivo".
En casa necesitamos dinero y, por eso, he venido a hablar con usted...

- Bueno compadre, ¿cuánto necesita? - preguntó el general.

- No, mi general. No quiero que usted me regale dinero.
¡Yo quiero trabajar!
¡Quiero ganarme el dinero, cómo Dios manda!

- Está bien. ¡Ven mañana...! - contestó el general.

Al día siguiente, muy temprano, llegó el compadre a la casa de gobierno
(en Maracay). El general le recibió, y muy atentamente, le explicó...

- ¿Ves ese cañón?
¡Tu trabajo será "limpiar el cañón"!
¡Te pagaré tres mil bolívares mensuales!*

Los primeros días, le costó un poquito "sacarle brillo" al cañón;
pero, en poco tiempo, todo resultó muy fácil.
Sólo era cuestión de estar pendiente... de quitar el polvo...
de apartar aquella hojita que, de vez en cuando, caía del árbol
y de secar el cañón después de llover.

Entretanto, mensualmente, el compadre recibía sus tres mil bolívares.

Hasta que, un día, el compadre no llegó a trabajar.
Y tampoco fue al siguiente día... Y, en la mañana del tercer día,
se encontraba el general Gómez paseando por los jardines cuando, de repente, gritó:

- ¡Soldado!
Hágame el favor de ir a casa del compadre...
y, a menos que le encuentre en cama y muy enfermo,
¡lo busca y me lo trae!
¡Quiero ver limpio ese cañón!

... no pasó mucho tiempo hasta que, el soldado, llegó de vuelta
en compañía del compadre. A quien Gómez dijo, muy enfadado:

- ¡Compadre! He llegado a pensar que usted estaba enfermo;
pero, le veo "vivito y coleando".
¿Está usted molesto con el trabajo?
¿Está usted cansado de hacer siempre lo mismo?
¿Es que ya no le alcanza con los tres mil bolívares mensuales...?

- No, mi general. No es nada de eso, mi general - respondió el compadre.
Disculpe, mi general.
He debido avisarle, mi general.
Perdón, mi general.

Y el compadre -cogiendo aire- continuó diciendo:

Sabe, en realidad, le estaré eternamente agradecido...
¡Tres mil bolívares mensuales es mucho dinero!
... en todo este tiempo, he estado ahorrando.
Vea usted, mi general.
Ahora no necesito salir de casa, resulta que:
¡He comprado un cañón propio y trabajo por mi cuenta!

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*Juan Vicente Gómez Chacón  gobernó en Venezuela, de manera autoritaria, desde 1908 hasta su muerte en 1935.


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