lunes, 28 de abril de 2014

Memoria y divorcio


La felicidad corresponde a una actitud y, por amor, puede ser compartida;… constituye esta, un tesoro personal de quien goza la gran aventura de la existencia.
Nadie está llamado a hacer feliz a otro;… a lo máximo podrá mostrar que la felicidad es el camino para una vida sana y el amor: fórmula para compartir las tenencias. Quien no es feliz sufre de “auto-divorcio” y vive “miedos, vergüenzas y culpas”: ¡qué tristeza!

Del tal manera, la memorización está más cerca del olvido que del aprendizaje… solamente el sostenimiento de una actitud pro-activa, -perseverante- ante el estudio, -amorosa- ante el entorno, garantiza la formación, crecimiento, profesionalización, goce y satisfacción individual y colectiva; versus la cotidianidad y el aburrimiento que se imponen ante la mediocridad -conformismo- y carencia de virtudes -o de sustanciación- (digamos: “poco salero”).

Así pues, no se aprehende al memorizar; porque, es muy fácil olvidar cuando no se es feliz.
Jesús Moret y Ferrer (abril del 2014)
EL POSTRE Geometría del Ser y Estar
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