En la mañana...,
eres bella, espléndida, danzante.
Eres hermosa, toda llena de vida.
Eres alegre, fresca, agradable...
Al mediodía, no hay otra igual...
Eres todo color, eres brillante,
eres la luz que me da la vida,
eres candente... y tan formidable...
Al atardecer, eres grandiosa...
Y nada me alegra tanto,
como el vivir tu encanto,
¡oh mi adorable diosa...!
Y, en la noche, que grande eres...
Entonces si eres bonita...
Eres infinita, impenetrable...
¡oh diosa de la vida...!
¿Cuántos de tus encantos aún no conozco?
¿Qué tantas cosas bellas aún escondes,
en esas, tan lejanas estrellas?
¡Oh mi gran diosa, Naturaleza...!
Jesús Moret y Ferrer
21 de mayo de 1976.
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